¿Has sentido que pierdes el control de tus emociones en ciertas situaciones?
Todos hemos experimentado momentos de estrés, o momentos en los que creemos que los problemas nos superan. El secreto está en aprender a controlar nuestras emociones y entender que los problemas siempre se pueden presentar, lo que podemos y debemos cambiar es la forma en la que actuamos ante ellos.
Las actividades de nuestra rutina tienden a elevar esos niveles de estrés que, a su vez, acumulados en cantidades considerables nos hacen responder de manera muy poco tolerante o con altos niveles de frustración a situaciones que normalmente toleramos. Te doy un ejemplo, si tienes un problema que te quita el sueño desde hace días o semanas y de pronto vienes manejando y un auto se te cruza en el camino es mucho más probable que “explotes” que cuando has experimentado semanas de claridad y equilibrio emocional. Lo mismo nos sucede en el ámbito laboral o con nuestros seres queridos, pues producto de nuestros niveles de estrés tendemos a perder nuestro control emocional y reaccionar de la manera en la que menos deseamos.
Definitivamente los problemas deben resolverse de raíz para poder seguir de manera estable y sustentable con nuestras vidas. Sin embargo, eso no siempre es posible en el momento en el que lo deseamos, lo que si es posible es trabajar con nuestros niveles de tolerancia para poder tener días más satisfactorios. Es por ello que decidí compartirte, en resumen, tres técnicas que funcionan muy bien con mis pacientes y coachees cuando este tipo de situaciones se presentan y sienten que pierden el control.
Técnica 1 – STOP
Esta técnica viene del Mindfulness, cuyo objetivo es precisamente que tengas momentos en el día en el que te concentres y pongas toda tu atención en ti mismo y tu sentir. STOP, es nombrada así por dos razones, la primera porque la palabra en inglés significa “ALTO” y es justo lo que te invita a hacer. Y la segunda porque los cuatro pasos que la componen hacen referencia a las siglas en inglés.
¿Cómo funciona?
Paso 1– (Stop) Para un momento todo lo que estás haciendo.
Paso 2– (Take a breath) Toma una respiración profunda, o dos y siente cómo el aire recorre todo tu cuerpo de la cabeza a los pies. Pon atención a ese recorrido del aire.
Paso 3– (Observe) Observa lo que está pasando pero “desde afuera”. Reconoce y entiende la verdadera magnitud de la situación. Permítete ponerle nombre a la emoción que sientes en este momento. ¿Es enojo, miedo, frustración, tristeza, impotencia, etc?
Paso 4– (Procede) Ya que lograste conectarte con la verdadera emoción, ahora si continúa. Pero desde una perspectiva de control de ti mismo. Sentir lo que sientes no está mal, al contrario, sólo canalízalo de la manera correcta, para no hacerlo más grande, para no atraer más problemas. Actúa desde la razón y no desde la emoción.
Técnica 2- Las 5 preguntas a la mano
Esta técnica tiene como objetivo dimensionar la situación y darle una correcta proporción a las cosas. Cuando entramos en esos momentos en el que parece que perdemos el control es común confundir o malinterpretar nuestros verdadero sentir y hacernos actuar de forma que no deseamos.
¿Cómo funciona?
Paso 1– Voltea a ver tu mano. Obsérvala detenidamente y recuerda que esos cinco dedos tienen cinco preguntas para ti. Del pulgar al índice recórrelos y contesta las preguntas que tienen para ti:
- Dedo pulgar – ¿del 1 al 10 qué tan catastrófica es esta situación en estos momentos? Dale un número real, siendo 1 lo menos catastrófico y 10 lo más catastrófico que te podría pasar, define en qué nivel te encuentras en este momento.
- Dedo índice – ¿hacia quién tengo este sentimiento en estos momentos? Puede ser hacia ti mismo, hacia alguien más, hacia la situación, etc.
- Dedo medio – ¿qué beneficio puedo sacar de esta situación?
- Dedo anular – ¿cómo puedo reírme de esta situación? El humor es uno de tus mejores aliados en estos momentos. Trata de sonreír o si lo prefieres transformar esta situación en algo que te genere risa o bienestar. Aunque pueda sonar irónico, seguramente te ha pasado que cuando pasa el tiempo situaciones que te generaron mucho estrés o enojo, al paso del tiempo te generan simpatía o ironía. Trata de ponerte en ese momento ahora mismo.
- Dedo meñique – ¿qué es lo más sano que puedo hacer para mí en estos momentos? Con la cabeza más fría e incluso después de haber hasta sonreído, piensa qué es lo mejor que puedes hacer para atravesar este momento. Incluso dejarlo pasar puede ser una decisión sana.
Paso 2– Toma 2 respiraciones, mueve tus dedos y observa cómo obtuviste las respuestas a qué hacer de una manera en la que tienes el control de tus reacciones. Sonríe todo está bien y tú estás en control de tus emociones.
Técnica 3- Escoge un aliado
Pedir ayuda siempre es opción. Si crees que lo que necesitas en esos momentos de pérdida de control de tus emociones es, un aliado o cómplice, puedes escoger entre las siguientes opciones:
- Tu canción favorita
- Una imagen de tu lugar feliz
- Un mantra como “estoy en control de la situación”, “esta situación es mucho menor de lo que percibo en estos momentos”, “tengo la capacidad de resolver esto de manera satisfactoria”, “controlo la situación y no dejo que esta me controle” o el que tu prefieras. De hecho escribir tu propio mantra con tus palabras y emociones hace que funcione mucho mejor.
- Un objeto que te haga regresar a ti mismo. Puede ser una pelota antiestrés, una liga, etc. Algo que puedas tener contigo siempre.
¿Cómo funciona?
Paso 1– En ese momento en que necesitas calma, toma a tu “aliado”. Ya sea que lo escuches, lo veas, lo huelas o estés en contacto con él. Asegúrate de interactuar con el al menos 30 segundos. Lo ideal sería que pudieras desconectarte al menos un par de minutos para que logres encontrar la calma de verdad.
Paso 2– Respira lentamente hasta que logres ser tú quien controla tu respiración mientras interactúas con tu aliado.
Paso 3– Cuando estés calmado, agradécele a tu aliado por siempre estar ahí. Agradécele que son un equipo para resolver problemas y que te da claridad en los momentos en los que más lo necesitas. Recuerda que son un equipo y juntos logran estabilizar tus emociones.
El objetivo de aplicar estas técnicas es que escojas la que más va contigo. La que creas que puede funcionar sin importar el lugar o el momento en el que las puedes necesitar. Incluso puedes probarlas todas y decidir cuál va mejor contigo. Puedes escribirlas o tenerlas siempre a la mano en tu celular o cartera. De esta manera puedes hacer uso de ellas cuando más lo necesites.
La idea es que como lo mencioné antes, retomes el control aún cuando parece que la situación te lo quita. Son aplicables para situaciones en la oficina, manejando, discusiones familiares o cualquier momento que te lleve al límite de tus emociones. Su objetivo es hacer consciente la emoción, usarla apropiadamente y hacerte reaccionar favorablemente. Conforme las practiques te darás cuenta que cada vez las necesitaras menos. Pues te ayudarán a ir encontrando el balance y a cada vez ser más capaz de reaccionar favorablemente, a la situación.
Te invito a que las practiques y las compartas.
Un abrazo con cariño, hablamos pronto.
Si estás interesado en aprender a manejar tus emociones, o buscas ayuda y acompañamiento para resolver tus problemas y manejar el estrés, te invito a que inicies un proceso de ayuda psicológica o un proceso de coaching. Agenda tu primera sesión sin costo aquí.