Amor personal y tus ventanas rotas

Amor personal y tus ventanas rotas

La teoría de las ventanas rotas

Hace muchos años leí acerca de un estudio realizado en 1969 por el psicólogo de Standford, Philip Zimbardo, al que llamaba “La teoría de las ventanas rotas”. Recuerdo que me llamó mucho la atención porque me parecía que a pesar de ser un estudio que pretendía estudiar temas de criminología, los resultados aplican también para la vida personal.

El estudio consistía en dejar un auto estacionado en una calle de un barrio catalogado como “peligroso” en Estados Unidos. El auto se abandonaba con las puertas abiertas y sin placas. Como era de esperarse, pasaron tan solo 10 minutos para que el auto presentara más daños, vidrios rotos, otros golpes e incluso perdiera varias de sus partes.

La segunda parte del estudio era realizar el mismo abandono, de un auto de la misma marca, con las puertas cerradas, pero en un barrio conocido como seguro y elegante. Tras una semana el auto seguía intacto, nadie le había hecho daño. Como no hubo reacción decidieron abrir las puertas y quitarle las placas, como lo habían hecho con el auto anterior. Resulta que cuando las personas veían el auto dañado, aunque fuera un solo cristal, se sentían motivados a hacerle más daño. Tras poco tiempo, el auto estaba con todos los cristales rotos, golpes y prácticamente desvalijado. Lo mismo pasaba con edificios en las calles, mientras no tuvieran ninguna ventana rota podían pasar años abandonados pero en buen estado, pero en cuanto rompían una ventana, los edificios se llenaban de grafitis y se deterioraban mucho.

La conclusión apunta al hecho de que las personas nos comportamos hacia algo o alguien de la manera en la que lo percibimos. Pareciera que si vemos algo en malas condiciones nos creemos con el derecho de hacerle daño.

Cuando dejas tus ventanas rotas

A nivel personal es lo mismo. Si pasaste por una relación tóxica o una situación en la que factores como tu seguridad y autoestima fueron dañadas, lo primero que debes hacer es trabajar con ello ya que si te permites dejarlo así, “dejar tu ventana rota”, estás mandando el mensaje de que otros pueden romper las demás.

Algunos de mis pacientes me preguntan ¿por qué no puedo tener la relación que quiero? Y la respuesta es simple “porque dejas que tus ventanas sigan rotas”

Si en algún momento de tu vida tuviste una crisis, fuiste parte de una relación tóxica o atravesaste por situaciones que te deterioraron y no lo reparaste, es muy probable que tu imagen ante el mundo sea precisamente esa: la de alguien deteriorado y que no se debe cuidar o respetar.

Es como si estuvieras aceptando que el descuido, el maltrato, la falta de atención y en general la falta de amor fueran constantes en tu vida. Seguro hoy te preguntas ¿por qué atraigo puro patán? O quizá ¿por qué la gente tiende a tratarme mal? Y la respuesta es lógica, si tú no tienes cuidado y preocupación por ti mismo como para dejar tus ventanas rotas ¿por qué habría de tratarte alguien diferente? Tú estás marcando la pauta.

Lo mismo pasa con las parejas que llevan juntos mucho tiempo y se preguntan ¿en qué momento el comportamiento de su pareja cambió hacia ellos? Después de analizarlo debidamente, se dan cuenta que ese trato de su pareja hacia ellos empezó en el momento en el que se perdieron el respeto a sí mismos, fue ahí cuando dejaron que su pareja se los perdiera también. Cuando pones las prioridades de los demás por encima de las tuyas, permites que los demás no te tomen como prioridad. Cuando dejas rotas tus ventanas sin arreglarlas, estás enviando el mensaje de que los demás también pueden romperlas, o hacerte daño.

Todo esto que te explico, en la mayoría de los casos es de forma inconsciente. Te dejo otro ejemplo, está comprobado que una calle que no ha sido barrida y está limpia, actúa como invitación a que la gente la ensucie más. O los fumadores, si ven colillas tiradas en la banqueta, es muy probable que también tiren su colilla ahí, pues el mensaje que reciben es “está permitido”.

¿Por qué habrías de comprar algo que está roto o maltratado si puedes adquirir algo en buen estado? Es el mismo principio.

Si me has leído antes, sabes que insisto mucho en que el problema no es la adversidad o lo que nos pasó que nos lastimó en el pasado, muchas veces no podemos controlar que eso pase, pero lo que si podemos hacer es actuar resilientes. Es trabajar con nosotros mismos para que esa adversidad nos implique un crecimiento y un aprendizaje.

La teoría de las ventanas rotas aplicada a la personas, es una invitación a que tomes consciencia de lo importante que es amarte a ti mismo, cuidarte, respetarte y valorarte. Si no lo haces tú, nadie más lo va a hacer por ti, al contrario.

Cuando una persona no se ama a sí misma, inconscientemente envía el mensaje que no es digna de ser amada.

Puedes salir con muchas personas, o pasar demasiados años en pareja con alguien, pero si en algún momento dejas de entregarte eso que valoras, es muy probable que provoques que los demás te lo dejen de entregar también, pues pareciera que no lo quieres o no lo necesitas.

Si te enfocas en todos los días ser la mejor versión de ti mismo, inspiras a las personas a tu alrededor a comportarse de la misma manera contigo, pues inconscientemente es lo que exiges. Es ahí donde el mensaje cambia “una persona que se ama y se cuida a sí misma no puede estar con alguien que no lo hace también”.

Te lo dejo a tu reflexión y para que lo compartas con quien creas que pueda aprender de esta teoría también.

Te dejo un abrazo con cariño. Hablamos pronto.

 

 

Y si ya decidiste empezar a amarte y reparar todo aquello que te hace daño y no has podido arreglar, te invito a que agendes tu sesión conmigo y lo hagamos juntos.

 

3 Técnicas para cuando sientes que pierdes el control

3 Técnicas para cuando sientes que pierdes el control

¿Has sentido que pierdes el control de tus emociones en ciertas situaciones?

Todos hemos experimentado momentos de estrés, o momentos en los que creemos que los problemas nos superan. El secreto está en aprender a controlar nuestras emociones y entender que los problemas siempre se pueden presentar, lo que podemos y debemos cambiar es la forma en la que actuamos ante ellos.

Las actividades de nuestra rutina tienden a elevar esos niveles de estrés que, a su vez, acumulados en cantidades considerables nos hacen responder de manera muy poco tolerante o con altos niveles de frustración a situaciones que normalmente toleramos. Te doy un ejemplo, si tienes un problema que te quita el sueño desde hace días o semanas y de pronto vienes manejando y un auto se te cruza en el camino es mucho más probable que “explotes” que cuando has experimentado semanas de claridad y equilibrio emocional. Lo mismo nos sucede en el ámbito laboral o con nuestros seres queridos, pues producto de nuestros niveles de estrés tendemos a perder nuestro control emocional y reaccionar de la manera en la que menos deseamos.

Definitivamente los problemas deben resolverse de raíz para poder seguir de manera estable y sustentable con nuestras vidas. Sin embargo, eso no siempre es posible en el momento en el que lo deseamos, lo que si es posible es trabajar con nuestros niveles de tolerancia para poder tener días más satisfactorios. Es por ello que decidí compartirte, en resumen, tres técnicas que funcionan muy bien con mis pacientes y coachees cuando este tipo de situaciones se presentan y sienten que pierden el control.

Técnica 1 – STOP

Esta técnica viene del Mindfulness, cuyo objetivo es precisamente que tengas momentos en el día en el que te concentres y pongas toda tu atención en ti mismo y tu sentir. STOP, es nombrada así por dos razones, la primera porque la palabra en inglés significa “ALTO” y es justo lo que te invita a hacer. Y la segunda porque los cuatro pasos que la componen hacen referencia a las siglas en inglés.

¿Cómo funciona?

Paso 1– (Stop) Para un momento todo lo que estás haciendo.

Paso 2– (Take a breath) Toma una respiración profunda, o dos y siente cómo el aire recorre todo tu cuerpo de la cabeza a los pies. Pon atención a ese recorrido del aire.

Paso 3– (Observe) Observa lo que está pasando pero “desde afuera”. Reconoce y entiende la verdadera magnitud de la situación. Permítete ponerle nombre a la emoción que sientes en este momento. ¿Es enojo, miedo, frustración, tristeza, impotencia, etc?

Paso 4– (Procede) Ya que lograste conectarte con la verdadera emoción, ahora si continúa. Pero desde una perspectiva de control de ti mismo. Sentir lo que sientes no está mal, al contrario, sólo canalízalo de la manera correcta, para no hacerlo más grande, para no atraer más problemas. Actúa desde la razón y no desde la emoción.

tecnica STOP

Técnica 2- Las 5 preguntas a la mano

Esta técnica tiene como objetivo dimensionar la situación y darle una correcta proporción a las cosas. Cuando entramos en esos momentos en el que parece que perdemos el control es común confundir o malinterpretar nuestros verdadero sentir y hacernos actuar de forma que no deseamos.

¿Cómo funciona?

Paso 1– Voltea a ver tu mano. Obsérvala detenidamente y recuerda que esos cinco dedos tienen cinco preguntas para ti. Del pulgar al índice recórrelos y contesta las preguntas que tienen para ti:

  • Dedo pulgar¿del 1 al 10 qué tan catastrófica es esta situación en estos momentos? Dale un número real, siendo 1 lo menos catastrófico y 10 lo más catastrófico que te podría pasar, define en qué nivel te encuentras en este momento.
  • Dedo índice¿hacia quién tengo este sentimiento en estos momentos? Puede ser hacia ti mismo, hacia alguien más, hacia la situación, etc.
  • Dedo medio¿qué beneficio puedo sacar de esta situación?
  • Dedo anular¿cómo puedo reírme de esta situación? El humor es uno de tus mejores aliados en estos momentos. Trata de sonreír o si lo prefieres transformar esta situación en algo que te genere risa o bienestar. Aunque pueda sonar irónico, seguramente te ha pasado que cuando pasa el tiempo situaciones que te generaron mucho estrés o enojo, al paso del tiempo te generan simpatía o ironía. Trata de ponerte en ese momento ahora mismo.
  • Dedo meñique¿qué es lo más sano que puedo hacer para mí en estos momentos? Con la cabeza más fría e incluso después de haber hasta sonreído, piensa qué es lo mejor que puedes hacer para atravesar este momento. Incluso dejarlo pasar puede ser una decisión sana.

Paso 2– Toma 2 respiraciones, mueve tus dedos y observa cómo obtuviste las respuestas a qué hacer de una manera en la que tienes el control de tus reacciones. Sonríe todo está bien y tú estás en control de tus emociones.

preguntas a la mano

Técnica 3- Escoge un aliado

Pedir ayuda siempre es opción. Si crees que lo que necesitas en esos momentos de pérdida de control de tus emociones es, un aliado o cómplice, puedes escoger entre las siguientes opciones:

  • Tu canción favorita
  • Una imagen de tu lugar feliz
  • Un mantra como “estoy en control de la situación”, “esta situación es mucho menor de lo que percibo en estos momentos”, “tengo la capacidad de resolver esto de manera satisfactoria”, “controlo la situación y no dejo que esta me controle” o el que tu prefieras. De hecho escribir tu propio mantra con tus palabras y emociones hace que funcione mucho mejor.
  • Un objeto que te haga regresar a ti mismo. Puede ser una pelota antiestrés, una liga, etc. Algo que puedas tener contigo siempre.

¿Cómo funciona?

Paso 1– En ese momento en que necesitas calma, toma a tu “aliado”. Ya sea que lo escuches, lo veas, lo huelas o estés en contacto con él. Asegúrate de interactuar con el al menos 30 segundos. Lo ideal sería que pudieras desconectarte al menos un par de minutos para que logres encontrar la calma de verdad.

Paso 2– Respira lentamente hasta que logres ser tú quien controla tu respiración mientras interactúas con tu aliado.

Paso 3– Cuando estés calmado, agradécele a tu aliado por siempre estar ahí. Agradécele que son un equipo para resolver problemas y que te da claridad en los momentos en los que más lo necesitas. Recuerda que son un equipo y juntos logran estabilizar tus emociones.

tecnica aliado

El objetivo de aplicar estas técnicas es que escojas la que más va contigo. La que creas que puede funcionar sin importar el lugar o el momento en el que las puedes necesitar. Incluso puedes probarlas todas y decidir cuál va mejor contigo. Puedes escribirlas o tenerlas siempre a la mano en tu celular o cartera. De esta manera puedes hacer uso de ellas cuando más lo necesites.

La idea es que como lo mencioné antes, retomes el control aún cuando parece que la situación te lo quita. Son aplicables para situaciones en la oficina, manejando, discusiones familiares o cualquier momento que te lleve al límite de tus emociones. Su objetivo es hacer consciente la emoción, usarla apropiadamente y hacerte reaccionar favorablemente. Conforme las practiques te darás cuenta que cada vez las necesitaras menos. Pues te ayudarán a ir encontrando el balance y a cada vez ser más capaz de reaccionar favorablemente, a la situación.

Te invito a que las practiques y las compartas.

Un abrazo con cariño, hablamos pronto.

Si estás interesado en aprender a manejar tus emociones, o buscas ayuda y acompañamiento para resolver tus problemas y manejar el estrés, te invito a que inicies un  proceso de ayuda psicológica o  un proceso de coaching. Agenda tu primera sesión sin costo aquí.

Proceso de Psicología & Coaching

Proceso de Psicología & Coaching

La psicología y el coaching me han dado la oportunidad de impactar positivamente en la vida de las personas, de verlas crecer y lo más importante, ser testigo de cambios perdurables en su vida que los hacen vivir satisfechos y plenos.

Cuando me piden que defina en qué consisten los procesos con los que trabajo me gusta explicarlos como: la posibilidad de poner un espejo en frente de mis coachees o clientes.

Cuando detienes el espejo para que alguien más se refleje, estás permitiéndole que se vea a sí mismo desde otra perspectiva. La persona no cambia, es la misma, lo único que cambia es la percepción de sí misma, pues se ve de frente, desde un ángulo en el que se reconoce completamente y ve los atributos que, sin espejo, no alcanzaba a distinguir.

Explicando mejor la analogía, sería algo así:

  • el coachee es la persona que se refleja en el espejo (buscando un cambio)
  • yo, como coach y psicóloga, soy quien detiene el espejo para que alcance a verse mejor y desde el mejor punto (dando perspectiva)
  • el espejo como tal es el proceso de Psicología y Coaching que le da claridad sobre sí mismo y la posibilidad de conocerse y aceptarse

Cuando te permites tomarte tiempo para ti y verte al espejo, reconocerte, aceptarte sonreírte y disfrutar la vista que tienes en frente, puedes ver partes de ti que no alcanzabas a ver antes, por ejemplo, el cuello.

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El cuello es la parte del cuerpo que conecta a tu mente (tu lado lógico), con tu corazón (tu lado emocional). Con el Coaching y la Psicología pasa un fenómeno muy similar. Una de las bondades de estos procesos, es que te permiten conectar a tu cerebro con tu corazón y en congruencia contigo mismo, actuar y resolver problemas. Es así como consigues llegar a tus metas.

Un proceso de Psicología y Coaching no va a descubrir el hilo negro, sólo va a ayudarte a encontrar las respuestas que estabas buscando y que siempre han estado dentro de ti. Sesión a sesión, vas trabajando con tus propias herramientas, adaptándote y haciendo lo mejor de la situación.

Vas a ser capaz de resolver problemas de la mejor manera, lograr todos tus objetivos y metas, pues aprendes a conocerte como persona y a aplicar todas tus capacidades en los ámbitos de la vida que decidas: en tus relaciones, en tu trabajo, en tu salud, en tu cuerpo, en tu entorno, en tu sociedad, etc. Empiezas a diseñar y vivir la vida que quieres.

Cada que empiezo un proceso nuevo de Psicología y Coaching con alguien, es para mí como comprar un boleto de viaje sin saber el destino. Es una adrenalina que genera incertidumbre, sorpresa e ilusión. La maravilla de trabajar directamente con personas es que tienes la dicha de no tener un trabajo rutinario, pues cada hora invertida está llena de aprendizaje y crecimiento tanto para mis coachees, como para mí.

Lo que más disfruto es que la base de estos procesos son la libertad, el libre albedrío y la confianza. Cada coachee tiene la libertad de diseñar su proceso, pues define cuál es la meta a llegar, el tiempo en el que lo quiere lograr y la forma. Esto genera independencia a largo plazo, es decir, al aprender a utilizar tus herramientas tienes la libertad de usarlas cuando lo requieras y no depender siempre de un proceso de Psicología o de Coaching.

Eso es parte del éxito de un proceso, la libertad e independencia del coachee para tomar sus decisiones y hacer los cambios en cualquier etapa de su vida, sin depender del coach o psicólogo.

Como coach, la satisfacción de cerrar procesos en plazos cortos, te llevan a concentrarte en el presente y el futuro del coachee, llevándolo a construir los escenarios que decida para desenvolverse de la mejor forma.

Atreverte a empezar un proceso de cambio por ti y para ti, es el sinónimo a la mejor inversión de tu vida. Si inviertes una hora de tu día en el tráfico o cualquier actividad que no te gusta ¿por qué no mejor invertirla en algo que te hace crecer y sentirte feliz?

Busca profesionales con los que te identifiques y te sientas cómodo, los cuales te generen confianza y puedas trabajar en un ambiente relajado y productivo.

Te invito a que lo intentes, te aseguro que los beneficios de invertir por y para ti, son los más redituables.  Al final, sólo tienes algo por ganar.

¡Hablamos pronto!

 

Si estás en busca de ayuda psicológica o un proceso de coaching para lograr tus objetivos agenda tu primera sesión sin costo aquí.

Resiliencia: Hacer lo mejor de cada situación

Resiliencia: Hacer lo mejor de cada situación

En la vida siempre se van a presentar situaciones que no esperas, que te incomodan, que te sorprenden o incluso que te lastiman. Algunas resultan ser pasajeras y otras residen en nuestro día a día de manera más estable.

Estas situaciones las percibimos como adversidad. La adversidad, por definición, se enfoca en lo negativo, hace referencia a situaciones desgraciadas o al infortunio, a lo poco favorable. La percepción de estar en una situación adversa depende de cada persona pues lo que implica adversidad para un adolescente probablemente no lo implique para un adulto, o quizá lo que hoy ves como un obstáculo en tu vida hace algunos años no lo hubiera sido o en un futuro no lo será.

La realidad es que juzgar si lo que percibimos como adversidad, cuenta o no como problema, es caer en un juego de nunca terminar. No importa si lo que defines como problema lo es también para los demás o no, simplemente te afecta e influye en tu persona, y eso es lo que importa.

Ahora te pregunto ¿qué haces con esa adversidad? ¿Cómo la manejas? ¿Qué acciones y actitudes tomas al respecto?

Actitud Resiliente

Durante muchos años se han estudiado las causas por las que las personas reaccionan de mejor o peor forma ante la adversidad y una de las principales conclusiones y con la que más convivo apunta al tema de resiliencia.

Vas a encontrar muchas definiciones de resiliencia, entre ellas muy parecidas, sin embargo, a mí me gusta simplificarla y definirla como la capacidad que tenemos los seres humanos de hacer lo mejor de cada situación.

¿Te has preguntado por qué hay personas que reaccionan mejor que otras ante los desastres naturales? o ¿ante las pérdidas de seres queridos, una ruptura amorosa o la pérdida de un trabajo? Pues esto se debe a su Actitud Resiliente.

No quiere decir que estas personas no se vean afectadas por la situación o que “no tengan sentimientos”, como hay quienes las definen, simplemente se debe a que han desarrollado una Actitud Resiliente. Es decir, su capacidad de reacción y adaptación ante el cambio es mayor y lo que es más importante, aprenden a trabajar mejor con las herramientas que tienen, logrando así un aprendizaje de cada situación y una sensación de bienestar, aún en circunstancias que definen como negativas.

Entre las principales características de la Resiliencia, encontramos que:

  • es una capacidad que todos los seres humanos tenemos, pero no todos desarrollamos
  • es una reacción positiva a la adversidad
  • depende de factores sociales, emocionales, físicos y culturales, entre otros
  • propicia el bienestar de los seres humanos
  • implica desarrollo y crecimiento
  • es un proceso que se construye durante toda la vida
  • parte de la percepción, creencias y consciencia de las personas
  • fomenta la felicidad y la estabilidad emocional
  • aumenta la calidad de vida de las personas

Como psicóloga y coach, me encanta trabajar con este aspecto en las personas. Es inexplicable el sentimiento que te da encontrarte con personas que al desarrollar su Actitud Resiliente, llegan a cambiar su vida positivamente. Mejoran sus estados de ánimo, mejoran su calidad de vida, incrementan su rendimiento tanto en lo profesional como en otras áreas de su vida, mejoran hasta su salud con el simple hecho de aprender a hacer lo mejor de cada situación.

Todas las personas somos capaces de desarrollar nuestra Actitud Resiliente y esta misma es la que nos permite afrontar lo que consideramos como adversidad de la mejor manera ¿nos va a afectar? ¡si claro! Pero no nos va a paralizar, pues seremos capaces de utilizar nuestros recursos internos para generar bienestar en nosotros mismos a pesar de la adversidad.

Te invito a que reflexiones ¿Cómo manejas la adversidad? ¿Qué tal anda tu Actitud Resiliente?

¡Nos vemos pronto!

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